El valle de lágrimas, una novela de Antonio Beltrán Hernández

El martes 11 de septiembre, dos aviones atacaron una importante ciudad americana. En esta operación, que se coordinó con un gran ataque terrestre, una de las víctimas fue el Presidente de ese país. Pero también hubo otras víctimas. Esto fue en 1973. Al mes siguiente, el Dr. Kissinger, uno de los principales defensores de esta operación y del bombardeo de Camboya, fue proclamado ganador del Premio Nobel de la Paz. Eva Runeberg, nuestro personaje central, fue una de esas otras víctimas del 11-S. Para imaginarla, hay que evocar los hermosos ojos negros de la Krimilda de Fritz Lang, que prefirió aliarse con las hordas bárbaras de Atila para hacer justicia. En la última imagen del díptico de los Nibelungos, los ojos fríos y temblorosos de Krimilda transmiten íntimamente la amargura de su victoria. Pero nuestra Krimilda es de una clase diferente. No es la mujer locamente enamorada de Sigfrido. Eva Runeberg es un ave de rapiñ
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