VOCACIÓN Y CONVERSIÓN DE SAN PABLO
(Hch 9:1-22) (Hch 22:6-16) (Hch 26:12-18).
Saulo, camino de Damasco Hch 9,1-22
Saulo, respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, se presentó ante el sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, con el fin de llevar detenidos a Jerusalén a cuantos encontrara, hombres y mujeres, seguidores del Camino. Pero mientras se dirigía allí, al acercarse a Damasco, de repente lo envolvió de resplandor una luz del cielo. Cayó al suelo y oyó una voz que le decía: —Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Respondió: —¿Quién eres tú, Señor? Y él: —Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que tienes que hacer. Los hombres que lo acompañaban se detuvieron estupefactos, puesto que oían la voz pero no veían a nadie. Se levantó Saulo del suelo y,