La Historia del Bal Rosado (2005)

Película colombiana de misterio de 2005, dirigida por Libia Stella Gómez, y protagonizada por Edgardo Román, Dolores Heredia, Diego Vélez y Álvaro Rodríguez. Bogotá, años 40: una tarde, en la estación de trenes, operarios descubren que un baúl ha sido devuelto al no encontrarse su destinatario. Al abrirlo, descubren horrorizados el cuerpo de una niña de 14 años llena de cal, y con la falange de uno de sus dedos cortada. Desde ese momento, el detective Mariano Corzo (Edgardo Román) comenzará una serie de pesquisas por toda la ciudad, enfrentándose no solo al misterio de saber quién es el responsable del atroz crimen, sino a una red de corrupción dentro de su propio departamento de policía; al amarillismo de Hipólito Mosquera (Diego Vélez), reportero del diario La Verdad, el cual está asociado con uno de los detectives del departamento de policía para traficar noticias y exagerarlas; y sus problemas personales tras la reciente muerte de su madre, y el dilema moral que se le presenta al conocer a Martina (Dolores Heredia), la dueña de un café, hacia quien Corzo siente un gran interés que es correspondido. Resumen: En la estación de trenes de Bogotá, un misterioso sujeto que lleva un paraguas con una calavera en la punta del mango, envía un enorme baúl al pueblo de Barbosa. Días después, el baúl regresa a la estación de trenes de Bogotá con un aviso en el que se indica que ha sido devuelto porque no se encontró el destinatario. Los operarios abren el baúl y se horrorizan al ver el cuerpo de una niña de 14 años, desnuda, llena de cal y con la última falange del dedo anular de la mano derecha cortada. En la prefectura de policía de Bogotá, el caso es asignado al detective Mariano Corzo. De entrada, es asediado por el detective Álvaro Rosas, quien se muestra muy interesado en apoyarlo. Corzo lo rechaza y comienza a investigar siguiendo las pocas pistas que tiene, pero Rosas lo sigue a todos lados, al punto de espiarlo para descubrir información y venderla a Hipólito Mosquera, periodista del diario La Verdad, quien vive en una habitación con su hermana discapacitada. Mientras Corzo se estanca en el caso de la niña en el baúl -al cual Hipólito denomina “el caso del baúl rosado“ (le dice a Rosas que inventar y agregar detalles como ese generan ventas e interés en el público)-, sigue a Rosas para tener pruebas de sus filtraciones a la prensa. Ahí conoce a Martina, la dueña del café donde Rosas se reúne con Hipólito. La investigación los lleva al caso del robo de cadáveres que se ha estado produciendo en el Hospital San José. Ahí, Corzo descubre que tiempo atrás, el cadáver de una niña de unos 15 años con la última falange del dedo anular de la mano derecha, fue dictaminado con muerte por asfixia debido a una enfermedad respiratoria. Mientras Rosas sigue vendiendo información del caso a Hipólito, y este último es ascendido a director del periódico, la policía busca al responsable del robo de cadáveres del Hospital, al cual capturan tiempo después. Admite que robó el cadáver de la niña, pero no dice a quién se lo vendió. Corzo solicita más presión, pero el director de la jefatura lo niega, pues le dice que, ya que se sabe que la niña no fue asesinada, el caso pierde relevancia, y quiere evitar investigaciones de los altos mandos, en las que podrían encontrar casos de corrupción dentro de la jefatura. Corzo enfurece, pero debe lidiar con la noticia de que Martina decide marcharse, pues sus hijastros le quitaron el café donde trabajaba. Sin más esperanza que resignarse, Corzo lee uno de los artículos que escribió Hipólito, en donde mencionan que la policía ya no investigará más el caso de la “niña a la que le cortaron el dedo“. Corzo entra en alerta, ya que este dato jamás había sido revelado ni siquiera a Rosas. Va a revisar en la bodega de la jefatura, donde tienen el baúl donde encontraron a la niña, y, al abrirlo y ver su interior por primera vez, Corzo descubre que el interior del baúl está tapizado con tela de color rosado, lo que, efectivamente, coincide con el nombre del caso que se le dio en la prensa. Al día siguiente, Hipólito y su hermana suben a un tren, pues viajan a la costa para aceptar el nuevo trabajo del periodista. En eso, a Hipólito se le cae un paraguas con una calavera en la punta del mango. En otro vagón, Martina se acomoda para su viaje y es abordada por Corzo, quien ha decidido viajar con ella. Ella le pregunta si logró descubrir a la persona que puso el cadáver de la niña en el baúl; él le responde que sí, que se trata de un “fabricante de mentiras“, refiriéndose a Hipólito, quien compró el cadáver de la niña al traficante del hospital, y lo envió en el baúl para generar la noticia en los medios, poder escribir sobre ella y ganar popularidad, fama y dinero; siempre cuidándose de no dar pistas, y reuniéndose con Rosas como fachada para no levantar sospechas, y así poder colocar detalles en el diario, como el color del baúl, que siempre supo, fue rosado.
Back to Top