Documental sobre la caída en combate de MIGUEL ENRÍQUEZ: «Calle Santa Fe»

El documental de Carmen Castillo exige ser observado como un extenso viaje que hace la autora y que paulatinamente va derivando hacia otros espacios narrativos en donde la historia política y cultural de un país se va delineando y entrelazando con una experiencia personal que invita a reflexionar. Es así como de la más profunda intimidad se pasa a la investigación documental, del material de archivo a la reflexión, desde una entrevista a una abierta declaración de principios, desde una exhaustiva revisión de hechos hasta el registro de las consecuencias que la misma realización audiovisual tiene sobre la directora, su entorno y sus entrevistados. La historia de Castillo está fuertemente marcada por el asesinato de su pareja Miguel Enriquez, secretario general del MIR durante el gobierno de la Unidad Popular y más tarde en dictadura. Embarazada y en una escalofriante vulnerabilidad es enviada al exhilio y su vida adquiere un sentido completamente diferente. Es desde el recuerdo que comienza la penetrante voz de Carmen a intentar describir esa posición incierta en la que se mueve cualquier expatriado: sabor a desarraigo, un extrañamiento consigo misma y con su identidad, no saber si es aquella mujer que ve morir a su esposo con la cual se identifica o la Carmen del presente que se adentra en esta reconstrucción como una ausencia, como si no fuera ella ese cuerpo que vuelve de Francia para dirigir este documental. Es esa oposición pasado-presente la que se constituirá médula de la narración en Calle Santa Fe y es dentro de esa línea que lo primero que hará Carmen Castillo será ir a aquella casa en San Miguel en la que vivió oculta con su esposo y su hija durante un año. Intentando armar un rompecabezas comenzará a hilar los detalles imborrables, pero difusos, de aquel 5 de octubre en el que allanan su hogar, asesinan a su esposo y la dejan malherida. Desangrándose por la explosión de una granada y casi inconsciente, posee vagas imágenes de aquel enfrentamiento por lo que la reconstrucción se irá haciendo a través de los testimonios de vecinos que conviveron con ella su clandestinidad y que la auxiliaron en ese álgido momento. Puerta a puerta la directora buscará a aquellos rostros que no veía hace más de 30 años para hacer una recostrucción fragmentada de los hechos y así se va erigiendo comunitariamente un texto que posee varias voces y varias aristas del mismo hecho. En medio de la emoción del reencuentro van surgiendo pequeños atisbos de un sentimiento de hermandad muy fuerte que se explica por las historias de vida que han compartido un momento dado; gente de barrio, personas sencilla que logran traspasar el film con su calidez: inolvidable el caballero que llamó a la ambulancia para socorrer a Carmen, sin saberlo ella siquiera. Su explicación parece simple, pero es profundamente conmovedora: «hice lo que tenía que hacer, no más». Ponemos a disposición de nuestros lectores y seguidores este documental como parte de las actividades de conmemoración de los 50 años de caída en combate de Miguel Enríquez, porque creemos que su gesto final fue el de toda una generación de revolucionarios vuya experiencia debe ser aquilatada por nuevas generacioes en la misma perspectiva de la construcción de una nueva dirección política de clase que se oriente a la lucha por el poder de los explotados y el Socialismo. EP
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