El silencio institucional abona el odio contra Montero e Iglesias, por Cristina Fallarás

La violencia sufrida por Irene Montero y Pablo Iglesias no tiene parangón, la violencia política, económica, mediática, judicial e institucional. Sí, todas esas juntas y cada una de ellas por separado. Recuerdo el escrache a Soraya Saenz de Santa María, fueron unas horas. Recuerdo bien la repulsa general, el escándalo por el hecho de que un grupo de gente cabreada se plantara en la puerta de su casa. Recuerdo que apelaban a su condición de madre, al hecho de que había una criatura dentro. Sin embargo durante meses y meses y meses la casa de Irene Montero y Pablo Iglesias estuvo acosada, rodeada y violentada hasta el punto de no permitirles a ellos ni a sus hijos llevar una vida normal. Y la respuesta fueron silencio y señalamiento. Nuestro periodismo es posible gracias a nuestros suscriptores. Únete a la República de Público y defiende el periodismo valiente, feminista y de izquierdas: Periodismo, investigación y compromiso para construir un mundo más igualitario. ¡Suscríbete ya a nuestro canal!: Visita: Síguenos en Facebook: Síguenos en Twitter: Síguenos en Instagram: Síguenos en TikTok: @publico_es
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