Escena - MARLENE MONTEIRO «JAGUAR»

Hay dos tipos de espectadores única y exclusivamente: los que conocen el trabajo de la extravagante caboverdiana Marlene Monteiro Freitas, y los que no. Difieren en que los primeros pueden hacerse una idea de cómo va a transcurrir una de sus delirantes veladas y los segundos, en cambio, son ignorantes a punto de descubrir hasta dónde se puede llegar y, al mismo tiempo, cómo se puede sublimar lo grotesco. Las obras de Monteiro (y Jaguar no es excepción) son intencionadamente vulgares y ordinarias, pero por esa misma razón, una manera revolucionaria de presentar el cuerpo en escena, que se abre paso paso por un camino de kamikaze que va en dirección contraria a la convención que exige belleza y ensueño a la danza. Referencias hay muchas, sugerencias no faltan, pero explicaciones más bien pocas. Al ratito de empezar Jaguar, el espectador caerá en la cuenta de que no hay mucho que entender en este collage absurdo y surrealista, que se presenta como el revés retorcido del clown tradicional. A cambio, hay mucho para sentir. Risa, lo primero, pero también asco e inquietud, ternura o pena. Más información en:
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