México, de victoria en victoria. Ahora le toca a Venezuela.

Queridos compatriotas. En este momento crucial de nuestra historia, me dirijo a ustedes con un mensaje de esperanza, unidad y compromiso. El próximo 28 de julio de 2024, tenemos una cita con la democracia, una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso con una Venezuela soberana y digna. Nuestra nación ha enfrentado enormes desafíos, muchos de ellos impuestos por intereses exógenos que buscan doblegar nuestra voluntad y someter nuestra patria a sus designios. Pero hemos resistido con valentía, resiliencia y rebeldía, demostrando al mundo nuestra capacidad para sobreponernos a las adversidades y defender nuestros derechos con dignidad y honor. Participar en el proceso electoral no es solo un acto de derecho, sino un deber patriótico. Es la ocasión para hacer escuchar nuestra voz, para decidir el rumbo de nuestro país y para garantizar que nuestra libertad y soberanía se mantengan intactas. Nuestro voto es una herramienta poderosa que protege y fortalece nuestra distintiva democracia, un testimonio vivo de nuestra determinación de ser dueños de nuestro propio destino. Entendemos las grandes dificultades que hemos enfrentado y seguimos enfrentando, pero también sabemos que cada obstáculo es una oportunidad para mostrar al mundo la grandeza de nuestra nación. Venezuela es un ejemplo de dignidad y humanismo, un país que respeta los derechos humanos y sueña con un futuro mejor para todos y cada uno de sus ciudadanos. Este 28 de julio, les invito a participar conscientemente en el proceso electoral. Hagámoslo con el corazón lleno de patriotismo y con la firme convicción de que juntos podemos seguir construyendo una Venezuela más justa, inclusiva, próspera y de vanguardia. Recordemos que nuestro voto no solo decide el presente, sino que también construye el futuro que dejaremos a las generaciones venideras. Comprometámonos a ser protagonistas de nuestra historia, a defender con pasión y determinación nuestro derecho a soñar y a realizar esos sueños en beneficio de toda nuestra colectividad. Unidos, hemos vencido una cantidad de desafíos, demostrando al mundo que Venezuela es y siempre será un bastión de libertadores, de hombres y mujeres dignos y amantes de la esperanza.
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