CAPITAL PÚBLICO Y ECONOMÍA SOCIAL

CAPITAL PÚBLICO Y ECONOMÍA SOCIAL 1. En los análisis teóricos sobre la economía social y, más en particular, sobre el sistema cooperativo, repetidamente se ha aludido a las dificultades para la captación de capital como uno de los retos estratégicos o una de las deficiencias estructurales más claras de este sistema. No han faltado los teóricos que han aludido a este factor como el obstáculo más claramente insalvable para que el Cooperativismo pueda competir eficientemente a largo plazo con las empresas capitalistas. 2. Los líderes cooperativos uno y otra vez han hecho referencia a este reto presentándolo como resultado de la evolución estructural de la economía industrial y como una dificultad crecientemente insalvable para las cooperativas. Mientras hace unas generaciones un grupo de trabajadores interesados en poner en marcha una cooperativa industrial era capaz de hacer frente a las necesidades de capital de la empresa, las aportaciones de los trabajadores son cada vez más claramente insuficientes durante las últimas décadas. 3. Las consecuencias de esta realidad las podemos constatar de forma permanente en el día a día de la promoción de empresas cooperativas. Por un lado, la escasez de casos de promoción autónoma de empresas industriales. Por otro lado, la creciente importancia de las nuevas promociones industriales adscritas a cooperativas o grupos cooperativos ya existentes. 4. La realidad económica que subyace detrás de todo ello es la creciente intensidad del capital en el conjunto de la industria y, muy especialmente, en los sectores maduros de la misma. 5. Sin embargo, como es habitual en el sector cooperativo, los análisis que, con un cierto pesimismo histórico, han descrito esta realidad del Cooperativismo, no han profundizado lo suficiente en el hecho de que esta evolución a largo plazo de la economía industrial no afecta exclusivamente al sector cooperativo o de economía social sino que también tiene repercusiones profundas, aunque de distinta forma, sobre la economía de las empresas capitalistas y sobre la promoción de empresas en particular. 6. La mayor intensidad del capital por puesto de trabajo genera mayores dificultades para la captación del capital necesario también en el caso de las nuevas promociones de empresas capitalistas. Si bien es cierto que, en estas empresas, en ocasiones sucede que el promotor dispone de un importante capital ahorrado o acumulado dispuesto a ser invertido en una nueva actividad y ello facilita en muchos casos la promoción de este tipo de empresas. 7. Sin embargo, no hay que olvidar que las posibilidades de captación de capital no dependen sólo de la existencia de determinadas bolsas de capital acumuladas en manos del o de los promotores de la nueva actividad. Muy especialmente en las empresas de capitales, la nueva actividad debe ofrecer niveles de rentabilidad suficientemente elevados para compensar el esfuerzo y el alto riesgo de las nuevas promociones. 8. Y éste es precisamente el gran problema que la creciente intensidad del capital plantea para la promoción de nuevas actividades industriales en régimen capitalista. En numerosos sectores, para niveles equivalentes de actividad son necesarias cifras crecientes de capital y esto significa dificultades crecientes para que ese mismo nivel de actividad genere para el capital niveles de rentabilidad similares. 9. En síntesis, si las nuevas empresas industriales cooperativas pueden tener grandes dificultades para captar el capital necesario para la puesta en marcha, las nuevas empresas de capitales pueden tenerlas para rentabilizar dicho capital. 10. Un tanto más confuso resulta el ámbito de las microempresas en las que, con frecuencia, y como sucede en el caso de las cooperativas, las aportaciones de capital no se hacen efectivas buscando su rentabilidad de forma directa sino a través de la rentabilización de la aportación de trabajo del autónomo o de los socios de estas microempresas. Pero el problema surge de forma inmediata cuando, en estas mismas microempresas, se buscan aportaciones de capital de socios más estrictamente “capitalistas“. 11. Es esencial, por lo tanto, que el Cooperativismo -y el conjunto de la Economía Social- sean conscientes de que las dificultades estructurales que para la promoción empresarial plantea la creciente intensidad del capital en diversos sectores industriales afectan tanto a cooperativas y economía social como a otro tipo de promociones de nuevas actividades. Y también, por supuesto, de la necesidad de un análisis de fondo de estos mecanismos estructurales para situar correctamente al Cooperativismo y a la Economía Social en el entorno de la promoción empresarial. Éste es un proyecto de EKAI Center, en colaboración con el Departamento de Economía, Trabajo y Empleo del Gobierno Vasco. Gracias por tu atención. Sigue con nosotros.
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