Horror en Rafah: Israel y EEUU pisotean el Derecho Internacional | El Frasco: Medios sin Cura

Nuevo programa de El Frasco: Medios sin cura, el programa que aborda las noticias de la semana y el rol de los medios de comunicación con ironía y humor. Como sucede desde hace más de 7 décadas, el régimen israelí desoye las normas internacionales bajo el amparo de Washington y al saberse impune, sigue transgrediendo todos los límites. En este caso, bombardeó una supuesta “zona segura“ de Rafah pese a la orden de la Corte Internacional de Justicia. Un doctor presente en la masacre denuncia: “La ocupación israelí lo había declarado una zona segura y humanitaria, pero bombardearon a civiles, niños y mujeres“. Aquí el modus operandi israelí se vuelve a repetir. Ante el estupor de la opinión pública por el horror de las imágenes, la primera reacción siempre es: “Yo no fui“, luego, ante la acumulación de pruebas, admite que lo hizo. Allí, intervienen de inmediato los medios occidentales para que tratan de justificar la atrocidad y cuando ya los hechos son más que evidentes, Netanyahu le dice a la prensa que todo fue un “trágico error”. En estos atroces ataques a civiles, las imágenes realmente dieron cuenta del horror del que son capaces quienes en octubre le adjudicaron falsamente esto mismo a la resistencia palestina, como por ejemplo los bebés decapitados. ¿Dónde estarán la condena unánime de la supuesta “comunidad internacional“? Y mientras el genocidio no se detiene, la ex embajadora de . ante la ONU firma “acaben con ellos“ en un misil israelí y la presidenta del parlamento francés enfureció cuando un diputado mostró en el recinto una bandera de Palestina.  El parlamentario fue suspendido por 15 días, pero ¿por qué no hicieron lo mismo cuando la furiosa funcionaria vistió un pin con la bandera del ente israelí? Además, tuvimos el gusto de recibir al periodista, escritor, investigador e historiador Gustavo Rojana con quien hablamos de la historia y del presente de Palestina y su pueblo.  Los medios dominantes tal vez no tengan cura, pero al menos dudemos de aquellas “píldoras“ que pretenden que consumamos.
Back to Top