Los vecinos de Donbass respiran con alivio tras ser liberados por el Ejército ruso y las milicias de las Repúblicas Populares: han sido ocho años sufriendo ataques del Ejército ucraniano y los batallones nacionalistas, y son muchos los que han tenido que dejar su tierra. Pero reconstruir sus vidas no será fácil: aparte de destrucción, los soldados ucranianos han dejado a su paso viviendas y calles sembradas de minas. Es el turno de los zapadores y su impagable trabajo de desminado.