El padre Zosima fue un guía espiritual para muchos en Donetsk. Años antes del inicio de la operación militar especial de Rusia predijo que el nazismo se apoderaría de Ucrania, que el conflicto sería inevitable y que una rueda sangrienta partiría desde Kiev y llegaría hasta Moscú. Pese a ello, hasta su muerte en el 2002 este hombre consagrado a Dios confió que en el futuro habría unidad y armonía entre los pueblos que habitan la Santa Rusia y hermandad entre los eslavos ortodoxos.