Soy anfitriona solitaria en una velada en la que junto a mi sólo se encuentra mi alma, fiel y eterna compañera, que tal vez me estima o que tal vez se mantiene junto a mi porque esa es su pasajera, por voluntad propia, de un navío que tal vez no anclará en tu me quedo en las sombras, con la imposibilidad de llegar a ti, aunque a veces solo tengo que cerrar los ojos y apareces...