Cheíto conquistó al público con todo el sentimiento y la fuerza de su cante, que le sale del corazón como un río flamenco que, tanto p’alante como pa’l baile, desborda de arte y arrasa con todo. Y, como si fuera poco, desde su humildad tuvo palabras dignas del más grande flamencólogo hablándonos de la universalidad del sentimiento flamenco.