El campeón mundial de boxeo en la categoría de pesos pesados George “Iceman“ Chambers (Ving Rhames) es enviado a prisión acusado de violación, cargo del que él se declara totalmente inocente. Lo que más le indigna es que en la cima de su carrera de boxeador profesional no va a poder disfrutar y defender su título de campeón invicto. Cumpliendo cadena perpetua por un crimen pasional en la misma penitenciaría a la que será enviado Iceman se encuentra Monroe Hutchen (Wesley Snipes). Los reclusos consideran a Hutchen como a un héroe, como a su indiscutible campeón de boxeo. Resignado a pasar el resto de su vida en la cárcel, a Hutchen todavía le obsesiona, sin embargo, la duda de si hubiera podido llegar a ser alguien como boxeador.