Benina trabaja como criada para una pequeña casa burguesa de posición económica elevada. Esta familia pasa por una mala situación económica, por lo que Benina se ve obligada a mendigar a las puertas de la iglesia para poder tapar las necesidades de la familia. Doña Francisca, a pesar de su pésima situación, no renunciará a su anterior y elevado nivel de vida. Para ella, la imagen y el orgullo son muy importantes y no renunciará a su imagen de mujer rica, lo que le impide trabajar. Benina mendiga a sus espaldas y para justificar el dinero que consigue mendigando, dice haberlo ganado trabajando en la casa de un sacerdote. (Dirección: José Luis Alonso, Juan Mediavilla)